"Lo siento antes de que me alcance, me agarra del codo y me gira, estampando sus labios contra los míos. No pienso en nada más que en sus labios mojados y demandantes. Pero lucho en contra de todos mis deseos y le aparto. -no Ewan! No es justo, no puedes aparecer así el día que va a cambiar toda mi vida. Está empapado, el pelo le cae como una cascada por cara, parece derrotado. -Ronnie sólo... Sólo recuerda lo que siento por ti. Es real, te quiero. -estás loco... Nada de ésto es real, ha sido un sueño...una visión maravillosa, pero no es la realidad. Tengo que ser feliz con lo que tengo Ewan, no puedo seguir aferrándome a algo que no es para mí, tú tienes tu propio futuro y yo el mío. Me acaricia la mejilla y posa sus labios contra los míos de nuevo, pero se aparta antes de que lo haga yo, o le pida más. -adiós Ronnie, es mejor que despiertes de este sueño cuanto antes." . . . Verónica, hija única rebelde de grandes empresarios, descubre que sus padres le han concertado un matrimonio para seguir con el legado de la empresa familiar. Ella sabe que no es su destino, el siglo de los matrimonios de conveniencia pasó hace tiempo. Lo que no se espera es que su futuro marido sea el hombre de sus sueños, y que ha estado más cerca de lo que pensaba.