El reino de los cielos.
¿Quién no escuchó hablar de ese lugar?
Descrito comúnmente como un lugar santo, glorioso, pacífico, hermoso por donde se vea o imagine, repleto de seres de luz, alegría y unidad, entre muchas cosas que con solo mencionarlas en este texto, pueden o no sacarte una sonrisa satisfactoria.
Pero a la vez, es un sitio en el que aveces y solo aveces, la mente es tan cerrada que cualquier cosa nueva, por más diminutiva que se viese, es exiliada, erradicada de la peor forma posible, del santuario de Jesús.
Donde el corredor argentino, conocido por su facilidad para chamuyar, cae ante una chica Ferrari
Donde Julieta, sin querer, cae ante el argentino chamuyero