- "Inténtalo, equivócate y comienza de nuevo, pero sobre todo baila, jamás dejes de bailar", Mourad Merzouki, un gran coreógrafo francés- dijo ella con la mirada perdida y una copa en la mano. Se sentía orgullosa de esa frase pero también mal de las últimas cinco palabras, que aunque no tuviese sentido para los externos, le traían un mal recuerdo.
- ¿De verdad amas tanto bailar?- preguntó Hoseok viéndola tontamente con su cabeza recostada en el sofá, sin darse cuenta de su pequeño pero que muy pequeño tormento.
- No recuerdo un solo día de mi vida en el que no esté bailando- dijo con un poco de tristeza- se que suena genial e inspirador pero a veces me hubiese gustado disfrutar más de mi niñez y no sentirme obligada a madurar tan rápido- cogió un poco de aire y con una pequeña sonrisa prosiguió - pero no es del todo malo, realmente amo lo que hago.
- Te entiendo... sobretodo cuando eso te lleva tan lejos. Solo mírate, estás en Korea y no en Estados Unidos y te está yendo de maravilla- sonrió con total sinceridad y un pequeño brillo en los ojos. M soltó una pequeña risa y lo miró de vuelta, se sentía en casa justo como se sentía con Kwan, Cristina, Beth e incluso el pesado de Ahn.
- Tienes la razón, tienes toda la razón Hope-Hope- tomó todo lo que había en su copa y durmió aunque sea un solo instante.