Gai había abierto la octava puerta, lo había visto arder envuelto en sus propias llamas. Había podido ver la descomunal batalla y toda la fuerza que poseía. Entre el polvo de ese último golpe podía ver el cuerpo de Gai todavía en llamas inmóvil y comenzando a deshacerse. Entonces llegó Naruto.All Rights Reserved
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