Había estado tan motivada a producir un cambio significativo durante mi soberanía, tan impactante que incluso sus beneficios perdurarán por generaciones, pero el tiempo que reinaba había sido muy corto y aunado a ello, muy problemático. Primero tuve que enfrentarme a quien yo creía que intentaba arrebatarme mis logros, después al Parlamento que quería manejarme a su conveniencia, posteriormente a la guerra contra Galicia, que aún no terminaba de arreglar, la muerte de mi más leal soldado, el sabotaje de mi madre, el abandonó de Myrill y por último, la verdad de mi procedencia. Eran demasiadas cosas en tan poco tiempo, sobre todo para alguien tan joven como yo. Y ahora mi vida estaba por terminar en consecuencia de las transgresiones de mis padres. Había intentado actuar con rectitud y de todos modos sería tan culpable como ellos por tomar un lugar que no me correspondía.