¿Cumplir años? ya se me olvido, pero todos parecen recordarlo, yo solo lo recuerdo cuando me miro al espejo luego de no haber dormido lo suficiente, pero esta vez me cantan a coro el tan famoso y preciado feliz cumpleaños número 32.
Soy soltera, siempre lo he sido, ningún novio, nadie me ha tomado de la mano ni me ha pedido una cita y todos me preguntan el por qué, pero no lo sé, soy un caso extraño, eso si lo noto y también cundo me dicen, apura que se te va el tren. Díganme cómo lo abordo, porque no lo sé.
Las votaciones del año 2036 son algo que no me emociona, ya que los candidatos, a mi parecer, no valen la pena, en especial Alejandro Villanueva, aquel chico que se burlaba de mí por mi sobrepeso y al que ahuyenté cuando decidí defenderme. Mi encuentro con él y mi comentario imprudente en la fila para votar es el inicio de una propuesta que no puedo rechazar, así como tampoco puedo negar la profunda atracción y el inmenso deseo entre los dos.
De la noche a la mañana me he vuelto la futura dama y también he descubierto que soy la obsesión del presidente.