El sol y la luna siempre tan cerca a su vez tan lejos, en ambos reinos existe una revalidad desde el inico de la creación del universo. Los que habitan la luna poseen una belleza sin igual poseedores de ojos azules y una platinado cabello. Desde tiempos antiguos existe una gran ley que nadie debía romper, y esa era; ¡JAMÁS ENAMORARSE DE UN HABITANTE DEL REINO DEL SOL! Lo mismo era para el reino del sol, sus habitantes poseen una belleza etera, eran de ojos dorados tal como el sol y dorada cabellera. Igual como el reino Lunar todos los habitantes odian a los descendientes de la Luna. El reino es propero, cuantan con libertad, pero solo contaban con una regla, ¡JAMÁS DEBÍAN SENTIR ALGO POR ALGUIEN DE LA LUNA! El amor desencadenó hace miles de años, una guerra, plantando odio en los corazones de todos, ese mismo odio que jamás olvidarán por aquel suceso. Pero para la vida y el amor nada es un impedimento, el cual unira a dos almas que desde el momento que nacieron fue escrito su destino. Yibo el príncipe heredero del sol, siempre tubo curiosidad de la Luna que siempre se miraba a la lejanía, el no compartía el pensar de su pueblo se preguntaba ¿por qué seguir con el odio de un pasado disfuso? Hasta que un día ambos se encontraron y se perdieron en su mirada, azul y dorado comezaron una historia de amor la cual nuevamente se escribirá.