Solamente debía aguantar. Pero costaba fingir que no quería llorar, que no quería gritar de frustración, que me daba igual todo. La guerra nos había cambiado a todos, el miedo azotaba las calles y, entre los muros de Hogwarts, tenía que quedarme callada y agachar la cabeza mientras cumplía un papel que se me había asignado. Y si, maté a personas; y si, me mostré indiferente hacia llantos que me hacían sangrar los oídos. Pero debía aguantar, solamente debía aguanta un poquito más. Solamente debía resistir para no convertirme en el monstruo que estaba viendo el mundo cada vez que me miraba.