La vida en las calles no era nada fácil, y Horacio lo sabía de primera mano. Harto de trabajar como dealer, de lidiar con otras bandas y de ser un sapo, comienza a trabajar como donante para vampiros. La paga es muy buena, se repite una y otra vez en un intento de ocultar lo que comienza a sentir por su primer cliente, un vampiro de ascendencia rusa llamado Viktor Volkov. La paga es muy buena... Y los peligros inconmensurables.Todos los derechos reservados