Si,podría ser todo lo que ella quisiera,un caprichoso,un aprovechado,un idiota e incluso imbecil pero ese sentimiento que nacía cada vez más en el pecho de Daniel Rocher no se lo podía sacar nadie ni nada,todo comenzó como un simple juego que cualquiera pensaria que era un juego de niños...pero nadie se esperaba que un dia, Daniel Rocher cumpliera esa apuesta que más como un juego; comprometería la vida de dos personas que por más que digan odiarse cada vez el destino decide juntarlos cada vez más,una pasión, una apuesta y la economía de dos familias en juego son algunasde las muchas cosas y pruebas por las que pasarán Clarissa y Daniel para poder por fin un día saber si en realidad podran permanecer juntos...pues el contrato estipulaba claramente que el trato sólo era por conveniencia...de eso se habían encargado los padres de ambos.
-Al cumplir los 17 años Clarissa deberá convertirse en la esposa y señora de Daniel Rocher - dijo firme la dama de ojos claros.
En los pasillos donde la ley se disfraza de justicia, y el poder se oculta tras trajes elegantes y crímenes perfectos, Cassandra Willson libra una batalla que no esperaba perder... contra Eros Beaufort.
Abogado brillante, magnético y con un pasado tan turbio como las redes que controla, Eros no solo representa peligro... lo es. Ella llegó para defender causas, pero terminó cayendo en la más devastadora: él.
Lo suyo no fue amor. Fue hambre. Fue pecado. Fue una necesidad adictiva que se coló entre las sábanas, entre sus ideales, entre el juicio y la locura. Él no vino a salvarla. Vino a quemarla desde adentro. Por una obsesión que ahora tiene nombre y cuerpo: el de ella.
Porque cuando el deseo es más fuerte que la razón, y el amor se disfraza de obsesión, no hay reglas que valgan, ni límites que detengan lo inevitable. Él la arrastra a un juego donde cada caricia quema, cada beso es una amenaza y cada secreto puede destruirlos.
Porque a veces el corazón se entrega a quien debería destruirte. Y algo aprendió Cassandra Willson: No nos damos cuenta de cómo somos capaces de destruirnos a nosotros mismos por salvar a otros.
¿Puede un alma sobrevivir al fuego de una obsesión?
¿O simplemente se aprende a arder... hasta que ya no queda nada?
¿Y si perderse en la oscuridad de Eros Beaufort es la única forma de salvarse?