Mi jefe es un demonio. En algunos casos rezarias para encontrarte con el diablo en el infierno en lugar de encontrarte cara a cara con él. Lo peor de todo: es atractivo y ridículamente encantador, por lo que nunca ves sus verdaderas y horribles intenciones. No, no es un violador, un asesino, ni un psicópata desquiciado. En realidad es un germen-fóbico, un perfeccionista extremo, y no podemos olvidar el rasgo más importante; le encanta atormentarme en el día a día. Y en el último tiempo, las posibilidades para hacerlo están aumentando con mayor frecuencia.
Ya, hablando seriamente, ¿alguien tiene un antidepresivo?
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