No puedo por más que quiero parar de llorar mis ojos se niegan, mi voz no me obedece y grito de nuevo, con mayor fuerza hasta lastimar mis cuerdas vocales, maldigo la vida, mi existencia, mi destino. Lo maldigo a él por haberme dejado ¡COBARDE! Le grito como si pudiera escucharme ¡COBARDE! Porque no me esperaste.