Sabes, a mis 17 años de vida, he llegado a la conclusión de que la luna un día se enamoró, si leíste bien, la luna se enamoró. Se enamoró de un mortal, que le dedicaba los más lindos poemas y las más bellas canciones, y ella a él, las noches más brillantes. Pero la vida no siempre es perfecta, de hecho, nunca lo es, nunca es fácil y mucho menos justa. Y por cosas del destino...All Rights Reserved
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