Izuku Midoriya, heredero al trono del Sur, se adentra en una cueva para refugiarse de aquella lluvia que interrumpió su expedición y que lo separó de sus compañeros de esta misma. Se adentra en oscuridad encontrándose con un bárbaro del reino del Norte con una gran herida en su pecho y manchado en sangre. Sin embargo, no se le puede acercar ya que él se aleja en lo que parecía tener miedo. Los libros relataban que los del Norte actuaban como cavernicolas y, al estar su reino en una montaña alejada de la civilización, no eran de los mejores interactuando con gente. Maldice aquel instinto de siempre salvar a quién lo necesite por más que no lo merezca. Midoriya hará su mejor esfuerzo para acercarse y curar las profundas heridas de aquel hombre.