Escucho el sonido del timbre, una vez que lo presione con mi dedo, para luego escuchar, el sonido de una melodiosa voz. - Voy.- me dijo del otro lado de la puerta, fue demasiado grande la tentación el querer escuchar otra vez esa vos, así que toqué una vez más.- un momento por favor.- volvió a hablar.- me sentí ansioso, la puerta cerrada dejó de torturarme cuando por fin abrió, dejándome ver el rostro más perfecto y hermoso que pude haber visto, me sonrío, no puedo explicar que es esto, no puedo explicarlo ni tampoco lo entiendo que es esta sensación.- Hola, en que puedo ayudarte.- me hablo una vez más, dejándome mudo.- ¿Hola?¿todo bien?.- preguntó de nuevo. - yo....- no supe que decir, me dejó sin palabras desde el momento que escuché su voz.