Despierto. En el mismo mundo.
Mismas personas, mismas personalidades.
Distintos nombres, distintas ciudades.
La historia se repite. Te conozco, nos enamoramos y luego todo termina trágicamente. Pero incluso después de morir, volvemos a despertar.
Un reencuentro que no recuerdas, un amor que no recuerdas y la muerte que, una vez más, no recuerdas.
Te conozco desde la punta de tus pies hasta el final de tu cabello, te he conocido en tantas vidas que ya no me hace falta hablarte para saber en lo que piensas.
Aún así no puedo decírtelo. No puedo decirte que esto ya pasó, que esta carta ya la escribí.
Pero no importa.
Comenzaría de nuevo cuantas veces necesites, mi amor.
Cuantas veces sea posible.
*. *.