¿Alguna vez escuchaste sobre las almas destinadas?
Según una leyendo celta, al inicio de los tiempos, todas las almas salieron de un alma única. Esta se dividió en dos y esas dos en otras dos. Y a dos almas que nacieron de la división de una misma, las llaman "almas gemelas". Nacidas juntas de un mismo todo. Tienen que separarse y llevar sus caminos por sí solas, pero pasarán toda la eternidad intentando encontrarse.
En China, existe la leyenda del hilo rojo.
Dice que cada ser humano al llegar al mundo, nace con un hilo rojo e invisible atado a su meñique. Un hilo rojo que nos ata a otra persona, alguien que no conocemos, ni sabemos dónde está, pero que existe.
Una leyenda de la antigua Grecia, cuenta que existieron unos seres poderosos, llamados "andróginos"-mitad hombre y mitad mujer-, se dice que convencidos de su poder quisieron atacar el monte Olimpo. Zeus, al ver esto decidió atacar a los seres con sus rayos, dividiéndolos en dos. Una vez divididos, empezaron a extrañar su otra mitad. Pero a manera de castigo, los dioses borraron parte de la memoria de estos seres, para que no recordaran quién era su otra mitad y tuvieran que vagar por el mundo buscándola.
¿Pero qué tal si no son leyendas?
¿Qué tal si es una misma historia?, La historia de nuestro origen. Cambiada con el paso del tiempo, y modificada según las creencias de cada persona.
Después de todo, todas dicen lo mismo.
Hay un mito japonés que se ha popularizado en Internet, ya que muchas personas se encuentran en él un hermoso mensaje que pueden aplicar en su vida. Se trata de la "Leyenda del hilo rojo".
"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están llegando a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo rojo se puede estirar, contraer o enredar, pero nunca romper", dice la leyenda.
A través de los siglos, la antigua cultura japonesa -y también la china- contempla la idea de que el futuro de cada una de las personas está predestinado desde el momento en que inicia su camino. Además, todo ser humano está atado al destino de alguien más por medio de un intangible hilo color rojo que se encuentra amarrado al dedo meñique.
" Usted creen el destino o la casualidad? "