Desde el principio, la primera vez que lo vio, Imperio Ruso supo que su hijo era especial. Tal vez, estando demasiado cegado en su orgullo paternal, no pensó que aquel joven al que había cuidado con tanto esmero y dedicación llegase en algún momento a levantarse en su contra... URSS solo quería lo mejor para su gente, solo estaba siguiendo el clamor de su pueblo descontento, y en donde sus ojos se habían abierto a una nueva era de gobierno y prosperidad, los de su padre debían cerrarse para darle fin al régimen del terror de tres siglos en los cuales el pueblo eslavo había estado sometido...