Siempre me pregunto, ¿que tanto puede tolerar una persona por estar junto a otra? ¿somos tan tontos, que podemos anteponer los deseos de alguien más ante los nuestros? Pues aquí les traigo el vivo ejemplo, ¡YO! *guiño*. No vengo a contarles una historia de amor dónde todo es color rosa, un cuento de hadas. Tampoco una historia clásica, de adolescente sufrida que ha sido bulleada toda su vida y, ¡pum baby! resurge de las cenizas... Hey, sería genial, pero no. no trata de eso. Simplemente soy yo, Ruth, y ésta es mi historia no muy común.
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