Él era el ángel de la muerte, era su castigo eterno y no le importaba, disfrutaba arrebatar las almas, así como le arrebataron lo que más amaba en vida. Xiao Zhan no pensó encontrar su guerrero perdido en aquél lugar, tampoco creyó poder quitarle la vida, debía de elegir si romper las reglas o salvar a Wang Yibo.All Rights Reserved