Un domingo a la mañana, una amiga te acompaño al hospital, en un empujón que te había dado, te golpeaste la cabeza y te abriste una herida profunda, la sangre no paraba de brotar, ese día te asustaste mucho, los chicos lo vieron todo. Ella lo había denunciado muchas veces pero nadie había hecho nada. Fotografía de portada: Bernardo Kapszuk .All Rights Reserved