❝ Tu el de siempre, amor arrinconado de silencio, secretos que mojan mi queja mientras golpea tu ausencia. Voy meciéndome en hamaca de arena, sueños y recuerdos; me revuelco en noches de caracolas antiguas. Mi cuerpo huérfano de besos abraza el hueco de un crepúsculo lento. aún estoy aquí, deshojo estrellas, miro el viento con hombros caídos y cabalgo en un vaivén de olas con melodías de mar. Tú el de siempre, el de siempre lejos, has de volver por la senda sembrada con tus huellas, el cuerpo habitado de lamento y los ojos sangrando. ❞ - María Antonieta.