Ella lo miro, pero él nunca le correspondió la mirada. Ella frustrada soltó un suspiro y se rindió. Desde que ese chico llegó sintió curiosidad, quiso mirarlo a los ojos pero él siempre evitaba su mirada. Quería saber que ocultaban esos ojos oscuros. Él soltó un suspiro de resignación, y sabía que se arrepentiría después, pero lo hizo. La miro, y ese fue el peor error que pudo cometer.