Hay un beso. Un buenos días. Un desayuno y una charla de las actividades a desarrollar durante el día. El reloj marca las 8:00 horas, ¡el tráfico! Un adiós escueto, cada uno con sus bolsos de almuerzo preparados previamente la noche anterior, dos partidas y sobre el desayunador: una manzana y los papeles del divorcio.