Te aseguro que no encontrarás otra obra igual.
¿Te digo por qué?
Porque es un relato narrado por una anciana, donde expresa sus experiencias que vivió durante su niñez, juventud, madurez y vejez en hermosas anécdotas. La sencillez que existía en el pasado de Elisa, no tan sólo de ella, sino de toda esa generación, era simplemente espectacular. No había lo que hoy llamamos nuestro "complemento", es decir, "la tecnología".
Muchos hoy en día dicen que no pueden vivir sin un celular, sin un computador. Anteriormente lo único que había para "conectarse al mundo" era la radio.
La naturaleza era contemplada como una gran cortina que cubría al planeta. Los paisajes eran guardados en la mente y en el corazón. Los juegos eran cultura, una partida de dominó o de cartas, era ver una tarde realizada. Los estudios era el mayor problema de un niño, al igual que ver un columpio húmedo o mojado.
¿Cómo ha cambiado últimamente las generaciones, no?
Pues, te tengo una gran noticia.
Con "Las Mañanas huelen a Café", querrás vivir como vivieron tus antepasados, experimentar sus acontecimientos y volver a nuestra felicidad de origen. Además de los deseos que quieren ver cumplidas todas, absolutamente todas las personas que son mayores, y las que fueron educadas bajo estos principios.
Con ustedes, Las Mañanas Huelen a Café.
Créditos por la portada: @Cuervo_
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