Para Livia Lawson escribir es sinónimo de libertad. Un escape, una salida, una forma de expresar todo aquello que nunca pudo.
Sin embargo, en su primer año de la universidad, se encuentra con un problema fatal: no puede escribir. De hecho, hace meses que no lo hace. Creyó que todo se solucionaría a su tiempo, pero mientras el reloj continúa moviéndose, cae en la cuenta de que está equivocada.
Su segundo dilema es que Alex Carter, su antiguo vecino, quiere ayudarla. Pero, ¿quién en su sano juicio aceptaría la ayuda de la persona que arruinó su vida años atrás?
Y a pesar de eso, Alex no pierde tiempo en llamar su atención una vez más, como en aquel verano inolvidable. Al fin y al cabo, el pasado no fue para ellos. Pero tal vez el presente sí.
| Novela sin terminar (indefinidamente, poca probabilidad)