Esta es la historia de este chico; por nacer de una triste familia pobre y judía, en esa época, lamentablemente es encerrado, y apartado de la humanidad por una simple valla de alambres.
Lo unico que tenía era poder estar viviendo, de esa manera tan sucia, sin una cama que dormir, y poca comida que probar, peleando cada día con otros prisioneros que se empeñan en dar un poco la lata por querer algo más comida de la que le dan, por lo que este chico del que hablamos, suele estar al lado de la valla, fantaseando con los lugares de afuera donde nunca a estado, esos lugares en los que tal vez se vivan cosas que él no ha podido vivir o tan si quiera soñar.
Pero un día, tal vez uno de los más afortunados para él, vio algo fuera de la valla, tal vez lo más bello que podría haber entre esas hierbas mustias, y esos arbustos secos.