Pensé que las palabras esfuerzo y perseverancia podrían obtener todo. Fui realmente un idiota en aquel tiempo, el cual me sigo arrepintiendo en cada momento de mi existencia. Conmigo aún están todas y cada una de tus promesas que jamás, serán cumplidas; cada una de todas esas palabras jamás saldrán de mi mente. Aquella fria noche donde la primera Nevada cubre a la ciudad, tan hermosa a su vez tan helada te dije adiós sin titubear. Siendo ese mi peor error y pecado de mi existencia si tan solo no hubiera sido un cobarde, nuestra historia hubiera sido completamente diferente. En mi corazón un guardo aquel dulce susurro que me acompaña en la noches solitaria que dejó tu ausencia en mi vida. Mi dulce peonía de invierno.