Él... él era como un magnífico atardecer, atractivo como un dios, elegante, educado, elocuente, millonario y muy sensual, algo casi inalcanzable, en la plenitud de su vida.. Yo!.. puse mis ojos inocentes en ese magnífico e inalcanzable atardecer, pero ..Yo ..era para él como un capullo de cerezo en plena juventud, un lindo amanecer al despertar, cálido e inocente, inexperto, para él yo era la inocencia en su máximo esplendor...pero yo para él.. quería ser .. su bebéAll Rights Reserved