Más allá de la unión que tenían de por vida, sus hijos, algo más los ataba, era como una necesidad que iba más allá de ellos. La vida los llevo a divorciarse, pero también a ser vecinos. Señales o no, siempre por diversos motivos estaban cerca, demasiado cerca para la salud mental de ambos Porque era inevitable que lo que una vez se amó con locura, pasión y devoción, hoy no provocara hacerse la pregunta más tonta y más obvia del mundo. ¿Será que aún no todo estaba terminado?