Todos somos hechos y circunstancias que a veces marcan los corazones y los rompen, otros solemos ser la luz al final del camino y la oscuridad al inicio de este.
Solemos vagar por las aceras vacías, con el cielo oscuro sin estrellas invadiendo pensamientos conscientes que no reflejan más que lágrimas que jamás se derramaron.
Solemos perder el tiempo entre relojes ajenos, entre llamas debajo del océano, solemos confundir palabras con significados diferentes en labios de personas que no conocemos, solemos cruzar calles sin ver semáforos, solemos ignorar las campanas luego de la final de temporada.
Solemos tenerlo todo y perderlo. Solemos hacer un viaje sin retorno, olvidando lo importante, respirar y suspirar, solemos existir sin vivir.
Arthur Zaens, un multimillonario frío y desalmado que ha vivido en la oscuridad desde la desaparición de su esposa, dejándolo solo con sus dos hijas gemelas. Desesperado por encontrar una niñera que cumpla con sus estrictas expectativas, Arthur conoce a Lía, una ex escritora y editora recomendada por un amigo. Aunque su relación comienza de manera conflictiva, con discusiones y malentendidos desde su primer encuentro en un bar, Lía se convierte en la persona que poco a poco transformará la vida de Arthur y de sus hijas, desafiando su frialdad y cambiando su mundo para siempre.