Faltan pocos meses para que llegue mi decimoctavo cumpleaños, y todavía no he dado mi primer beso (es algo demasiado vergonzoso de casi una "adulta" no haya dado su primer beso). Ya casi todos, o mejor dicho TODOS en el instituto han dado su primer beso; hasta mi pequeño hermano Mark, con once años ha dado su primer beso, la abuela se equivocó y pensó que era su mejilla, pero aun así ¡CUENTA! ¡acaso el destino quiere que mis labios toquen otros cuando esté a punto de fallecer en una cama a los cien años! Pero no, no esta vez, haré cualquier cosa para conseguir ese primer beso.