Todo era perfecto. La vida de Hera estaba totalmente equilibrada, estructurada y esquematizada. Dentro de su situación, claro. Todo era como tenía que ser.
Bueno, hasta que llegó él.
Destruyó todo a su paso. La vida de Hera dio un giro de 360º.
Él entró en su vida sin siquiera tocar a la puerta. Llegó de manera inesperada, para quedarse y no irse.
Hades, es un hombre egoísta, tanto que cuando la vio por primera vez no le importó destruir a quien fuera que se pusiese en su camino. Ella debía estar con él.
Un hombre que cuando se propone algo lo consigue, un gran empresario. O eso es supuestamente lo que pone en su tarjeta de presentación.
A Hera no le hizo falta demasiado tiempo para darse cuenta de que todo eso era una fachada que escondía algo mucho peor.
El dios del Inframundo y la diosa del Olimpo se deberían odiar.Demasiado diferentes.Menos mal que los polos opuestos se atraen. En este caso, diría que, demasiado.
Cuando se juntaron se dieron cuenta de que eran peor que polos opuestos que se atraían, más bien eran fuego y pólvora. Todo a su alrededor hizo algo temerosamente fascinante, ¡Boom!
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...