Mi mundo es la noche, desde siempre me he sentido ave nocturna. De pequeño estaba más enérgico por la noche que por el día, mi madre siempre me lo ha repetido, era dormilón por el día y demonio por la noche. A medida que fui creciendo esto se acentuó, odiaba ir a clase, me pasaba las noches jugando a la play. Con el avance de los años prefería salir a estudiar, así me iba, nunca aprobaba nada, solo le daba disgustos a mi madre y al cumplir la mayoría de edad no me lo pensé dos veces.
En ese momento dejé mi ciudad natal, dejé a mi familia, no porque tenga una mala relación ni mucho menos, pero necesitaba la libertad que me daban los 18 años. Necesitaba experimentar al máximo la nocturnidad, sin toques de queda, sin broncas de mi madre, sin preocuparme por nada más que por mí mismo. Y esa decisión hizo mejorar el nivel de salud a mi madre, ya que dejé de darle preocupaciones pero me restó salud a mí, me adentré en el mundo del desfase, del consumismo y de la mala vida.
Todo el mundo me dice que debo cambiar de vida, que debo madurar, pero después de dos años ya en esta ciudad sigo opinando que yo no voy a cambiar, me gusta la vida que llevo, es más, la adoro.
Izuku, un chico que fue abandonado a sus cuatro años para morir, se convertirá en padre a los 12 y tendrá que pasar por muchas dificultades hasta volverse el héroe número 1