Fugitivos. Esa es la palabra que define a Enola Holmes y al vizconde Tewkesbury. Con un asesino por las calles en busca del chico y una reciente recompensa puesta por la captura de la joven Holmes, ambos deberán permanecer escondidos para no ser capturados. Los sentimientos mutuos son grandes a pesar de que apenas se conocen. Y estos saldrán a la luz durante una estruendosa noche.