Antes de fin de año (en pausa)

Arancha tenía una vida de la que no creía poder quejarse: vivía en un pisito de alquiler en la ciudad, tenía un sueldo básico y un trabajo estable. A sus veinticinco años consideraba que vivía por encima de la media de la gente de su edad.
Enzo sentía que era un chico con suerte, nada más acabar la carrera había encontrado un trabajo en una revista redactando artículos sobre el amor. Sabía que tarde o temprano su independencia llegaría, aunque para eso su sueldo y empleo tendrían que establecerse.
Sin embargo, la vida de ambos dio un giro radical cuando su jefe les informó de que tendrían que competir por un puesto de trabajo. Arancha o Enzo, alguien se quedaría y la otra persona tendría que decir adiós a la revista. Pero, ¿quién?

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