Sus alas cubrieron mi alma y su cálido color blanco me abrazo para seguir vivo.
No estaba en mis planes entregar mi alma para salvar la suya.
Me desvanecí en sus brazos y su puro color blanco fue opacado en un oscuro grisáceo gracias a la melancolía y tristeza que sentía.
Ardiente mi alma gritaba hasta quedar saciada de los indelebles recuerdos, recuerdos que sofocaban en mi pecho y sin ningún remordimiento. Sin dudarlo, su comparación con el vacío era nula a una daga clavada en lo más profundo del corazón.
Tenía que irme, por ella, para salvarla.
Las sangrientas y aún frescas manchas rojas refrescaban los errores que cometí en el pasado y que por consiguiente dieron resultados, la culpa estába ahí y me arrepiento de lo que hice, pero creo que ya es demaciado tarde.
Solo quédate en mis recuerdos.
- Blade
• Si alguna vez tuviste un sentimiento tan grande por alguien, esta historia es tuya, espero y la disfrutes.