"-¿Qué pasó, pequeña?- me miró a los ojos, trantando de descubrir que pasaba, pero yo vi en los suyos preocupación y un profundo amor.
-Nada, sólo déjame sola- no podía, me quemaba por dentro, la angustia, la rabia y el dolor. Comenzaba a ver todo borroso, no iba a aguantar mucho más.
-No seas tonta, ven- me tiró hacia él y su calor me envolvió. Ya no todo estaba tan mal, en sus brazos, ya no parecía ser el fin del mundo.
-Y-yo...-exploté. No pude retener las lágrimas que luchaban por salir.
-Tranquila- susurró suavemente mientras acariciaba mi espalda y me estrechaba un poco más- Estoy aquí, contigo- me besó la frente, y descendió por mis mejillas, bebiendo mi dolor en cada lágrima. Se detuvo a unos milímetros de mis labios.Mi corazón latía desbocado, lo miré, me perdí en sus ojos, en sus emociones, en su intensidad. Lo vi acercarse, temblar con sus manos en mis mejillas. No lo detuve, cerré mis ojos y dejé que la suavidad y la calidez de sus labios se unieran a los míos. Ya nada importaba. Nada."