El ver llorar esa noche a mi madre quebró algo dentro de mi. Esa noche tomé la decisión de no derrumbarme ante mis padres, ser la roca cuando sea necesario para mi familia. De eso ya cinco años, de eso tanto tiempo, tantas lágrimas sin caer, tantos nudos en la garganta esperando salir. Hace cinco años que no me permito sentir dolor, no me permito nada, sólo sentimientos a medias. Las cosas han empeorando con el transcurso de los años; tantas personas queridas muertas, cosas incompletas. Ciclos sin cerrar. La familia ya no es familia, todo es una guerra. Una maldita guerra. Una que tengo que luchar sola. Las misiones son bastantes, pero no todas importan.