La historia de La Bella y la Bestia ha circulado durante siglos por toda Europa, tanto en forma oral como escrita, y, mucho más recientemente, en adaptaciones cinematográficas. Muchos expertos han señalado similitudes entre este cuento e historias clásicas de la Grecia antigua, como Cupido y Psique, Edipo o El Asno de Oro de Apuleyo, hacia el siglo segundo de nuestra era.
Una primera versión escrita de La bella y la bestia se atribuye a Giovanni Francesco Straparola, aparecida en su libro de cuentos Le piacevoli notti, en 1550. Una temprana versión francesa presentaba al padre como un rey, y a la Bestia como una serpiente.
La aristócrata francesa Jeanne-Marie Leprince de Beaumont (1711 - 1780) había emigrado a Inglaterra en 1745, donde empezó a trabajar como profesora y escritora de libros sobre educación y moral. Habiendo leído la novela de Villeneuve, la abrevió en gran medida y la publicó en 1756 como parte de la colección Magasin des enfants, ou dialogues entre une sage gouvernante et plusieurs de ses élèves. Tomando los elementos clave de la historia original, Beaumont omitió muchas escenas de los orígenes o las familias de los protagonistas y modificó la escena de la transformación de la Bestia, que en el original de Villeneuve acontece tras la noche de bodas. Escrito como complemento educativo para sus alumnos, muchos de los detalles escabrosos o subversivos del original fueron suprimidos.