Este es el tercer relato de las perversas aventuras de Paula, donde se mezcla la realidad con la fantasía llevada más allá del erotismo, donde las pasiones de sus actores los hacen transgredir todo orden de normas legales, sociales, éticas y sobre todo morales en busca del placer llevado a límites, los que solo pueden ser concebidos en sus insanas mentes, donde el sexo tanto en hombres como en mujeres está asociado a disfrutarlo a través de la perversión, de la que existen numerosas propensiones, respecto de las cuales, quien más, quien menos, hacen de ellas ocultas fantasías que por obvias razones la mayoría tan solo fantasean con ellas, pero jamás se atreverían a realizarlas, excepto solo en sus mentes, en las que pueden alojar todo un mundo de placeres prohibidos, que si los llevaran a cabo, serían totalmente condenables.
Estas personas viven al margen con tipo de vida muy poco usual, hecha a la sombra de toda ilegalidad, sin ninguna clase de ética ni moral en este grupo pueden hallarse; sicarios, policías, narcotraficantes, políticos, y empresarios. Todos vendidos al mejor postor, así como las mujeres de vida fácil hechas de la misma ralea; mercenarias inmorales delincuentes y asesinas, tan o más corruptas que ellos.
La narrativa consta de varios capítulos, los cuales son cargados cada vez con mayor morbo, con tintes más escabrosos, de tal modo que, si no se ajusta a su moral, ni a su gusto, están en su total derecho en dejarlos y buscar relatos que se acomoden mejor a sus valores y a su agrado.
Paula, encaja perfectamente en este ámbito, llevando la vida que le acomoda y le complace, con su falta de valores, sus perversos placeres, y una total insensibilidad en su proceder.Tutti i diritti riservati