Búscame, Evie, yo te esperaré, mi corazón seguirá latiendo por ti y cada vez que mis ojos brillen será cuando te recuerde. Búscame, Evie, allá, donde se encuentran las estrellas
Evie siempre se arrastro por la calle, su hogar eran los callejones y su lecho las roídas telas que botaban. Siempre prefirió vivir en la calle, hasta que Liam llego. Ahora, de forma sorprendente pero a la vez sombría, se enteró de que era la princesa Evangeline Tarsius, quien llevaba perdida desde poco después de su nacimiento. Ser princesa era una mejor vida, una mejor vida para ella, y una mejor vida para Liam, pero de alguna forma sentía que las estrellas la habían maldecido, pues a donde sea que el viento la llevara, el mundo parecía querer usarla, y ella estaba dispuesta a sacrificarse, solo y solo si, eso significaba una mejor vida para Liam. La cuestión es que su sacrificio la llevaría a unirse al mejor ser humano que podría conocer jamás, y Artemis la estaba esperando. Sin saberlo, la esperaba, las estrellas bendecian su camino.