Senkuu comenzó a acostumbrarse a las declaraciones constantes que llegaban por lo menos una vez al mes, al parecer a la mayoría le parecía jodidamente atractivo un cerebrito sin fuerza física obsesionado con la ciencia. Y por cierto, también asexual. Senkuu se ve en la obligación de rechazar a las personas que se atrevan a confesarse... quizá se divierta un poco a la vez que lo haga.