Dicen que cuando dos personas destinadas a estar juntas se encuentran por primera vez en un mismo lugar y en el tiempo indicado, cosas maravillosas ocurren a su alrededor. Cuando Luka vio a Alex por primera vez, sintió como si en torno a ellos hubieran fuegos artificiales que celebraban el encuentro de aquellas dos almas que se pertenecían. Bueno, ese día literalmente sí habían fuegos artificiales, pero no dedicados a ellos. Igualmente Luka prefería imaginar que eran especialmente para los dos. Así que él se encargaría toda su vida junto a Alex de rememorar ese cielo de colores.