El escribía cartas, cada palabra escrita al revés.
Ella sonreía y se enamoraba de un desconocido.
“Tú me salvaste, yo te destruí”
“No tengas miedo esta vez”
-¿Cómo es que puedes vivir así?- aparto el cabello de mi cara y me observo... Estaba horrible, pero aún así él no dejaba de observarme con dulzura.
-Aprendes a convivir con el dolor...-inhale y trate de levantarme-...se vuelve tu mejor amigo-
Apretó mi mano con fuerza y se levanto.
-Vamos a salir juntos de esta mierda-
Me llevo hasta sus brazos y por primera vez supe que era sentirse en casa.