Juliette se convierte en una reconocida patinadora de hielo europea tras ganar el Grand Prix Junior a la edad de trece años y seguidamente el Senior a los Quince. Tras ser nombrada por los medios internacionales como la próxima promesa del patinaje francés y su imagen siendo elogiada por el mundo, mas no se esperaba que con tan solo dieciséis años anunciara su pronta retirada del deporte que tanta gloria le a traído, sin muchas explicaciones y desapareciendo del ojo público. Dos años más tarde y renaciendo de las cenizas tal cual fénix, demostraría que un simple tropezón en su vida no la detendría, con la compañía de su nuevo mejor amigo.