-¿Entonces que harás?- pregunto Finnigan mientras veía a sus hijos Henry y Wyatt Melbrock de dos años, jugar con Romina Decanini de 5. -Nada, seguir con mi vida- respondió simplemente - por el hecho de que sea mi mate, no significa que tenga que estar con ella forzosamente.- -¿O sea la estás rechazando? - sin poder creer la decisión tan drástica. -No oficialmente, pero si indirectamente. ¡Es una niña, por Dios! No soy un pedofilo, tampoco quiero interferir en su vida- poniendose los lentes de Sol, viendo que su cita había llegado. Una rubia despampanante con un mini vestido. - si me disculpas, compadre. Llego mi cita- -Solo espero que no te arrepientas de esto, nunca- contesto Finn - una vez estuve en tu lugar y te entiendo, pero no comparto esta opinión- Zaid se encogió de los hombros. -Es la única solución que veo fiable- se levantó de la mesa y se fue con su amiguita, muy ajeno que cierra azabache lo miraba muy atento salir. -¿A dónde va Zaid?- preguntó la pequeña a Finnigan quien se había acercado a jugar con ellos. -A un mandado, pequeña Romina- no sabia que excusa decirle.- anda vamos a jugar con Henry y Wyatt- la pequeña asintió y fue a jugar con los mellizos. ESTA HISTORIA ES COMPLETAMENTE MÍA. QUEDA PROHIBIDO EL PLAGIO.All Rights Reserved