"No confundan mi protección y misericordia, con el temor y la debilidad. Porque mí mano no temblará para acabar con un ejercito entero, de ser necesario." Su piel y cabellera casi tan blancas como la mismísima nieve, sus ojos color lavanda, eran hipnotizantes para cualquier individuo que los apreciara detalladamente. Su bondad, astucia, inteligencia, belleza y simpatía, eran sus atributos más amados. La muerte, su mejor amiga y aliada. Ella, Alyssa kom Eirínikru, una adorada reina para muchos, aunque un problema para otros. La llegada de la gente del cielo provocó que la paz que yacía entre los clanes diera un giro desafortunado, pues habían aterrizado en el clan de la gente del bosque, Trikru, territorio vecino a Eirínikru. Si había algo en lo que Alyssa creía firmemente, era en las segundas oportunidades, es por ello que pondrá su esmero en proteger a los recién llegados, especialmente a un joven castaño, alto, de facciones marcadas y pecas esparcidas por todo su rostro. ¿Será que el amor podrá surgir dentro de una guerra? "Increíble..."