Los gemelos Kagamine han sobrellevado las dificultades a las que se enfrentaron en la infancia, volviéndose unos compañeros de vida inseparables. Sin embargo, los eventos de su temprana adolescencia vienen a incidir en la forma en la que ven al otro, hasta el punto en el que se vuelve insostenible mantener la naturaleza de la estrecha relación que habían construido hasta entonces.