En el año 1823, para ser exactos una mujer pasados los veinte años ya se le consideraba, una mujer solterona.
Ahí entraba yo, no tuve suerte en el amor.
Quizás un amor de años puede ser tu motor cada día. Ese amor del que recuerdas con una sonrisa, con el que te superas cada día, puesto que aunque ese amor nunca pudo ser, fue el que marcó un antes y un después en tu vida.